Debido a los últimos acontecimientos que se desarrollan a mi alrededor y conductas que vengo observando últimamente, que me afectan directa o indirectamente, he decidido colgar este artículo. El texto no es mío, ha sido copiado del blog de la bailarina Lis Bushi (
http://lisbushidancer.blogspot.com/), que a su vez lo ha extraído del un árticulo de Shalimar Mattar, periodico "Oriente, Encanto y Magia", pero me ha parecido interesante e importante, ya que refleja bien algunas de las cosas que pasan en el mundo de la danza oriental.
Aquí os lo dejo a ver que os parece:
"Lo he visto de importancia (este código), porque últimamente -bueno, realmente desde que me metí en serio en esto de la danza oriental y tribal y en la organización de eventos sobre éstas- veo BASTANTES faltas de respeto de todo tipo, entre alumnas, profesoras-alumnas, bailarinas-bailarinas, profesoras, aparte de haber visto "otras fantasmagorias" -creación de conocimientos no verdaderos, como por ejemplo en cuanto historia de la danza oriental (sí, me pica como historiadora en proceso, jejeje)... Creo que algunas personas no son conscientes del significado real de la palabra profesionalidad y se dedican a tratar de rebajar a otras mediante especulaciones sin sentido creyendo que así se aseguran un puesto, más trabajo, o a saber qué, como el ejemplo más típico que he visto.
Y lo más importante, para la mayoría esto es un hobby, si por un hobby o afición se tiene que estar a disgusto, mejor dejarlo. Es muy difícil ganarse la vida con esto, y a las que lo intentan, hay que respetarlas y permitirles su libre acción -mientras éstas tampoco falten al respeto, claro está. Es un arte, o eso se pretende, y como arte se puede tomar toda la seriedad y profesionalidad que se quiera, pero si se hace, se hace bien hasta en este sentido de respeto para con la comunidad o sector.
Estas normas se basan en algo llamado sentido común, y creo que entenderlas y practicarlas conforman un panorama de "buen rollo" que permitiría, además, la existencia de muchas profesionales en coexistencia y armonía. Antes de espetar algo, recomiendo leerlo TODO.
Bueno, todo esto es lo que pienso sobre ello. Seguro que saldrán algunos comentarios -los cuales no aparecerán ni siquiera serán respondidos, aludiendo a que aquí impere el buen rollo. Puedo estar más o menos equivocada en cuanto esto, como todo ser humano, pero creo que hay cosas que son de lógica. Y protestar por algo que no estoy de acuerdo es un derecho, porque además no estoy faltando el respeto a nadie poniendo esto. Si alguien se pudiere sentir aludido, es un problema que debería plantearse, porque como he dicho, no lo he escrito yo, lo ha escrito una profesional de Suramérica.
El bellydance (danza oriental o del vientre) es una expresión artística y como tal, debe ser difundida. Cabe a las profesionales del área velar por su concepto, manteniendo así los patrones de elegancia que la envuelve y no permitiendo su vulgarización.
Para ejercer sus funciones con dignidad, las profesionales de la materia deben recibir una remuneración justa por los servicios artísticos o didácticos prestados.
Es considerada una conducta antitética la práctica de concurrencia desleal con otras profesionales del sector (bailarinas o profesoras).
Profesoras
La profesora tiene la función de enseñar y orientar pacientemente, siempre velando, en primer lugar por la salud y bienestar de sus alumnas y respetando las limitaciones de cada una.
El currículum de las profesoras debe estar a disposición de las alumnas.
Es importante que las profesora realice anualmente evaluaciones opcionales con sus alumnas, para que éstas tengan a su disposición información valiosa para la evolución de su aprendizaje.
La dedicación a la enseñanza debe estar orientada a enseñar a sus alumnas y no a promocionar a la profesora y su vanidad personal.
La profesora debe ejercer su trabajo libre de toda y cualquier discriminación, motivando y respetando a sus alumnas independientemente de sus características físicas, recordando que esta es una actividad dirigida al bienestar y equilibrio físico, mental y emocional. Por lo tanto no puede ser exigido ningún patrón estético.
Para la aptitud al magisterio de la danza del vientre, se considera satisfactorio un periodo mínimo de 4 años de estudios en esta área, con perfeccionamiento en la didáctica y el conocimiento de la anatomía, kinesiología y biomecánica, que garantice la seguridad en la realización de un trabajo corporal consciente.
La profesora debe cumplir la programación y el cronograma de cursos ofrecidos o divulgados a sus alumnas.
Todas las alumnas merecen igual atención de su profesora, la cual no debe hacer ninguna discriminación ente ellas.
La profesora debe ser especialmente honesta en cuanto a sus conocimientos, buscando respuestas correctas para el esclarecimiento de sus alumnas. Todas las informaciones pertinentes al curso que se dispone a impartir deben ser transmitidas con claridad y honestidad, visionando el aprendizaje de sus alumnas.
Como la danza del vientre tiene orígenes muy remotos e información de difícil acceso, esta cuestión debe ser siempre esclarecida a priori, para evitar la divulgación de historias ficticias que resulten en prejuicio de su imagen y proliferación.
La profesora no debe estimular la competitividad negativa entre sus alumnas o con otros grupos.
Son consideradas actitudes antiéticas:
- Presentar coreografías de otras profesionales sin precia autorización, así como omitir el nombre de la creadora.
- Cohibir la participación de alumnas en talleres y cursos que puedan aumentar elementos al desarrollo y aprendizaje.
- Presentar currículum con informaciones ficticias referentes al aprendizaje y experiencia. Se recomienda que tratándose de cursos y talleres, siempre se solicite certificado de participación.
Bailarinas
Cabe a la bailarina profesional cumplir todas las cláusulas concretadas en el contrato acerca de la prestación de servicios artísticos y a su contratante.
La bailarina profesional debe velar por la imagen moral de la categoría que representa:
a) manteniendo una relación de respeto y elegancia hacia su público y contratante.
b) vistiéndose en forma adecuada a los patrones de categoría durante sus presentaciones.
Forma parte de la correcta conducta ética entre bailarinas profesionales:
Dedicar el debido respeto y atención cuando asista a la presentación de otra bailarina y/o alumnas.
Ser solidaria y dirigir el trabajo con espíritu de equipo y unión, cuando esté realizando la presentación en conjunto.
Tener conciencia de que cada profesional posee un estilo propio que las diferencia y así, saber apreciar y admirar, con la debida humildad, todas las formas variadas de expresar el mismo arte.
Respetar el lugar de trabajo de otras profesionales.
Otras actitudes antiéticas:
Atravesar o interferir en el trabajo de otra profesional siendo consciente de este hecho.
Distribuir material de propaganda personal durante los servicios contratados de otra bailarina.
Criticar el desempeño o denigrar la imagen de otra profesional junto al público, contratantes o demás colegas del área.
Transformar una presentación colectiva en disputa personal de vanidad, interfiriendo en la calidad del trabajo presentado.
La forma de cómo una profesora y bailarina se refieren a su(s) maestro(s) es un ejemplo que será seguido por sus alumnas mañana. Quien no respete a su maestro no valora el arte.
Se recomienda siempre la evaluación médica antes del inicio de las actividades como en cualquier actividad física."